En la era del clic fácil y el morbo, la cobertura de accidentes pone a prueba la ética periodística. En El Rebrote asumimos un compromiso explícito con nuestros lectores: informar con rigor, utilidad pública y máximo respeto por las personas y familias que atraviesan momentos de profundo dolor. Este es nuestro manual de estilo.

Nuestra primera regla es la dignidad humana. Por eso, evitamos detalles innecesarios que revictimizan y nunca publicamos imágenes explícitas de heridos o fallecidos. Cada dato, desde la causa presunta hasta el estado de los involucrados, se verifica con fuentes oficiales o médicas. Si la información es preliminar, lo aclaramos, priorizando la prudencia sobre la primicia a cualquier costo.,Creemos que el rol del periodismo no es explotar una tragedia, sino aportar valor a la comunidad. Nuestro enfoque se centra en la prevención y el contexto. En lugar de especular sobre culpas o recrearnos en el dolor, buscamos analizar las causas estructurales y, siempre que sea pertinente, acompañamos la noticia con información de servicio: estado de rutas, desvíos y recomendaciones de seguridad.,En el Alto Valle, donde rutas como la 22 y la 151 son escenarios de fatiga y alta densidad de tránsito pesado por la actividad petrolera y frutícola, este compromiso es vital. Informar sobre un siniestro vial cerca de Cutral Co o un accidente laboral en un galpón de empaque en Roca no es una estadística. Es contar una historia que impacta en comunidades pequeñas, donde las víctimas son vecinos. Nuestro deber es hacerlo con la sobriedad que la región merece.

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