Bajo una persistente llovizna, vecinos y autoridades de Catriel realizaron un reclamo en el acceso sur de la ciudad para exigir la urgente reparación de la Ruta Nacional 151. La movilización, encabezada por la intendenta Daniela Salzotto, visibiliza el abandono de una vía clave para la producción y la vida en el corazón de Vaca Muerta.
La mañana de este viernes 26 de septiembre encontró a la comunidad de Catriel unida por una causa que ya se convirtió en un reclamo histórico. A pesar de la lluvia, se concretó el “abrazo simbólico” a la Ruta Nacional 151, una arteria vial cuyo estado de deterioro representa un peligro constante para miles de personas que la transitan a diario. Durante la convocatoria, se entregaron folletos con una consigna contundente: “No hay Vaca Muerta sin Ruta Nacional 151. Más obras, más vidas”.
El lema elegido por la gestión de la intendenta Daniela Salzotto no es casual. Apunta directamente a la paradoja que vive la región: mientras la formación no convencional genera récords de producción y millonarias inversiones, la infraestructura que la sostiene se desmorona. Según reportes locales y el testimonio de los propios usuarios, la calzada presenta baches profundos, deformaciones y falta de señalización, convirtiendo cada viaje en un riesgo evitable.
La Ruta 151 no es solo un camino; es el principal corredor que une el Alto Valle rionegrino con el corazón de los yacimientos en Neuquén. Por ella circulan no solo los vehículos particulares de los vecinos, sino también el transporte pesado de la industria petrolera, ambulancias y colectivos. Especialistas en logística y seguridad vial advierten que la falta de mantenimiento no solo incrementa la probabilidad de accidentes fatales, sino que también eleva los costos operativos y deteriora la competitividad de la zona.
El reclamo de Catriel es la expresión más reciente de una demanda que comparten todas las localidades a la vera de la ruta. El pedido de obras de repavimentación y mantenimiento ha sido elevado en reiteradas ocasiones a Vialidad Nacional, organismo responsable del corredor. Sin embargo, las respuestas hasta ahora han sido insuficientes, limitándose a reparaciones parciales que no solucionan el problema de fondo, según denuncian desde los municipios afectados.
Este abrazo simbólico en Catriel resuena en todo el Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Refleja una tensión creciente entre el desarrollo productivo y la calidad de vida de sus habitantes. El mal estado de la Ruta 151, al igual que el de otras vías estratégicas de la Patagonia norte, es un recordatorio de que el crecimiento económico solo es sostenible si se traduce en infraestructura segura y bienestar para las comunidades que lo hacen posible.
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